Ayer, en una conversación trasnochada, comentaban que la línea que divide entre
Determinados actos inmorales y aquellos que no lo son es demasiado delgada.
Que si todo el mundo lo hace, por algo debe ser. Pretenden imponer estos cuerdos l
A pretensión de redención por la universalidad de las conductas.
A los cínicos que se escudan en los brazos de la multitud les advierto que no habría
Que desestimar el dato que estamos en medio de un suicidio colectivo.
Creo que ya lo saben e imagino su respuesta llena de escepticismo.
- No podemos hacer nada, no va a cambiar nada... Me dirán para excusarse.
Otro dialogo sucede a este, no en la inmediatez temporal, si no en mi mente y como medio para graficar un sentir.
- Hey, hoy esta la marcha de Newells. ¿Vamos?
- No, no se, no creo que vaya... Con tono fatigado y en medio de un imaginario andar perezoso.
No recurro a este dialogo para cargar a nuestro accionar de escepticismo,
Ya que eso es lo que menos necesitamos en esta instancia, si no para comenzar a diferenciar a unos y otros.
A ellos y a nosotros...
A ellos, los que se hacen de un NO sistemático. Un NO que es inmediato y guarda la paradoja de carecer tanto de razón como de pasión.
Quizás ese "No" funcione como defensa, como escudo contra una conciencia que quiere venir a privarlos de la comodidad y lo seguro.
Y a nosotros, que vivimos al filo de la verdad, que no hacemos cálculos finos y nefastos que nos manda tanto la pasión,
Como la convicción inseparable de la coherencia que deja estupefactos a los incrédulos y deja sin aliento a los tibios.
La defensa de ellos no se hizo esperar, en medio de un dialogo subido de tono, me increparon preguntándome.
- Nunca te pusiste a pensar que si todos van para allá y vos vas para el otro lado, es por que el que estas mal sos vos no los otros?
Ante tan oportuna pregunta, con forma de reproche, desvarié y conteste con disparates y cifras incomprobables.
Es que lo rotundo de los hechos y el tono de la charla traicionaron mi juicio y quede desnudo en medio de escondites de moral,
de gritos de valor y billetes recopilados por el precio de almas vendidas.
Días después, en otra charla, con otra gente y en otro lugar pude ver vestigios de estos diálogos en otros,
Observe anonadado la reproducción inusitada de formas de ver las cosas, de discursos tenues contraponiéndose a acciones encendidas.
El resplandor de unos locos se asoma en este siglo de cuerdos. Una vez mas la lepra y la locura se refugian en un lugar común.
Allá por los albores de la historia los leprosos eran confinados al destierro. Eran excluidos por ser diferentes.
Años después la locura suplantara a la lepra en la ocupación de la estructura social, pasara a ser la nueva forma de exclusión de la sociedad
-ya por entonces corrompida-. Por los 90, pero del siglo pasado, los conceptos de lepra y de locura se escinden nuevamente.
Encarnándose en la figura emblemática de un enfermo que grita a viva voz que la lepra es, más allá de su enfermedad, también su locura.
He hoy aquí nosotros, haciendo honor a esta ironía de la historia de hacer confluir a tan notables conceptos.
La lepra y la locura. Sinónimos de la diferenciación, de una singularidad terca que no se contenta con meros esbozos o ensayos de palabras.
Un análisis clínico dice que los afectados muestran una conducta que se aparta de la normalidad de una forma determinada.
Por ello, los afectados quedan desplazados de su entorno social. Frecuentemente se manifiesta como una pérdida de control, en la que los sentimientos se muestran desinhibidamente
Hoy nuestro accionar no denota exclusión, pero si una fuerte de diferenciación. Realizo esta aclaración para que no nos mezclen con los exaltadores de la templanza.
Estamos en veredas opuestas, en lados enfrentados del tablero.
Nosotros somos los instigadores de la verdad y ellos los cómplices de la destrucción.
Complicidad de doble filo, por miedo o no querer hacer. Complicidad por no querer apartarse de acciones normales y pensantes-mecánicas-inducidas, complicidad por la no defensa de su pasión, complicidad por la pérdida absoluta de su subjetivismo.
Complicidad que puede presentarse en forma directa o indirecta, a través de la acción o la omisión.
Seré brutalmente esquemático para graficar los tipos de complicidades que se dan en nuestro horizonte. Básicamente consistirían en dos:
Directa: Se la utiliza para referirse a aquel que actúa por comisión, es decir realiza algún tipo de accionar para facilitar, promover u ocultar cualquier tipo de conducta. En este caso es la complicidad, con las conductas viles, la que habría que desterrar.
Pues son las tramoyas canallescas las que nos mutilan y el dedo omnipotente de un corrupto,
Con el inestimable aporte de sus laderos, lo que nos condena...
En este tipo de acción se puede encuadrar a muchísimas personas que bajo el ropaje cotidiano transitan sin reparos por la vida.
Se levantan, llevan a los hijos a la escuela y se contentan con alguna trivialidad. Mientras que entre las tinieblas y con total naturalidad,
Dan vistos buenos para acciones delictivas o son complacientes con algunos regimenes de corrupción.
A esta gente hay que apuntar, debemos lograr que se sonrojen, que se avergüencen, que deban de explicar y dar cuenta sus actos.
Si queremos llegar lejos debemos tocar a aquellos de quienes se sirve el tirano.
Indirecta: Todo aquel que aplaude asombrado desde el balcón, que tiene ganas de gritar pero no se anima, que va timorato y cansado por la vida.
Que se escuda en un discurso conspirativo bajo el cual nada es posible y todo es mandato inmodificable.
Que se hace de razones escépticas y pretextos sin pasión. Si nunca se la juegan en nada, no seamos tontos y no esperemos nada de ellos,
Pues seria un disparate esperar que en este caso hagan una excepción.
(Que un viejo senil, homosexual y corrupto se sostenga en el poder durante 14 años no podría ser posible sin la inestimable complicidad del hincha
Leproso que se deja eclipsar con dos o tres cortinas de humos.Un poco de faroleria de fuegos artificiales,
1 cancha a medio hacer y 1 escaso campeonato. Eduardo, nosotros boludos no somos.... )
No me reiterare nuevamente para enumerar las dicotomías y paradojas en la que nos vemos inmersos miles de leprosos por estos días.
El club ha transcurrido 14 años de franca caída y nadie más que nosotros, habida cuenta de tan dramática situación,
Ha movido un solo dedo para cambiar algo. Esto es muy importante que sea advertido. Somos los Únicos que hicimos algo,
Entendiendo el "hacer algo" como un compromiso serio con una causa.
Vayamos a una acción, que tuvo como protagonista a alguien que hizo bastante.
En una entrevista, ante un montón de periodistas que simulaban ser un pelotón de fusilamiento,
Bielsa respondía cuando lo consultaban sobre su miedo a volar:
- Miedo a los aviones no, a que se caigan.
Respuesta acompañada de un gesto de obviedad, remarcando que el equivocado no era el si no los otros.
En otra entrevista Marcelo decía, " lo importante no es el éxito o el fracaso, no importa el final o la cima; si no el transito, el camino,
La nobleza de los elementos utilizados, el resto es una mentira para vendernos una verdad que no es tal."
Esta respuesta lo encontraba, una vez más, en medio de un grupo de periodistas, que jugaban al pelotón de fusilamiento,
Luego de la eliminación del seleccionado argentino en el mundial. Marcelo, por enésima vez, les hacia ver que los equivocados eran ellos, los otros.
Y que el, no era igual que ellos.
Hoy la guerra esta declarada y nosotros somos los que nos encontramos ante el pelotón de fusilamiento.
Lo cual significa, que dado este orden de cosas, es necesario llevar la acción a otras dimensiones.
Dimensión que nos ubica como reveladores de la necesidad de la verdad, desenmascaradotes de toda la estructura del poder.
Les decimos a los que no son nosotros que vamos a posar la pupila allí donde la miseria se revela.
Vamos a gritarle en la cara a aquellos que no entienden la diferencia de estar en uno u otro lado.
Por que estamos eligiendo un camino diferente, es hora de que escuchen y entiendan.
La pasión no se mata, con Newells no se lucra. Hoy por lo menos yo, y varios más, no tenemos precio...
Deben saberlo para ver como reaccionaran, cuando estemos allí, a su lado, cómplices de López, para recordarles que se dejaron comprar por dos monedas...
Nosotros no somos igual que ustedes, y todo lo que nos diferencia de ustedes nos enaltece
Saludos. Martin M.